Cachivaches
Una exaltación del konsumo de los productos de las industrias kulturales esas

sábado, 12 de marzo de 2016

Violistas que lo petan

1988: sólo falta un año para que se vaya al cuerno el insano sistema que rige una mitad del mundo, único obstáculo que impide que el sistema de la otra mitad, que compite en demencia con el primero pero tiene mucho más salero, pueda ponerse manos a la obra con la noble tarea de cargarse todas las sociedades humanas y todos los ecosistemas.

Para entretener la espera, dar rienda suelta a su rabia contra el sistema y demostrar que  —al menos en estudio— pueden tocar a toda pastilla, Metallica publica ...and Justice for All; canciones interminables, machaconas, repetitivas hasta la saciedad... la gente lo flipa. El delirio. Es tal su éxito que logra eclipsar completamente otro bombazo de ese mismo año: la grabación completa de las sonatas para viola de Hindemith, sola y acompañada, con Kim Kashkashian a la viola y Robert Levin al piano.

Y es una lástima, porque no pocos de los sudorosos que agitaban sus melenas arriba y abajo al ritmo del tunda-chunda se habrían cuestionado sus preferencias de haber tenido la oportunidad de escuchar el tercer movimiento de la sonata para sólo viola op.25 #1 (1922). Rasendes Zeitmaß. Wild. Tonschönheit ist Nebensache. Kim Kashkashian cumple las instrucciones a rajatabla, sin dar la impresión de descuidar la Tonschönheit. El resto del disco no es menos impresionante, pero ese minuto y medio basta para romper muchos esquemas.

La importancia de esta grabación no puede ser sobrestimada. Porque hoy en día, quien no tiene las sonatas completas para viola de Hindemith en casa es porque no quiere; en aquellos tiempos, en cambio, la cosa no estaba fácil. Nobuko Imai las grabaría para BIS en el 92, y Paul Cortese para ASV en el 96. En 2008 Laurence Power haría lo propio en Hyperion; en la segunda década del siglo XXI la cosa, como los tiempos, se descontrola: Tabea Zimmermann las graba para Myrios en 2014, mismo año en el que salen las selecciones de Jitka Hosprová para Supraphon y Antoine Tamestit para Naïve. Incluso Brilliant se anima a sacar su propia versión al merkado. Es la sobrecapacidad de la industria de la música clásica de la que nos habla Mr. Pillable, reflejo de la que lastra todas las demás industrias kulturales y, de hecho, todas las industrias, en general, en todo el planeta.

Este disco es también testimonio de unos tiempos primitivos, imperfectos, sin HFT. ECM New Series sólo llevaba 4 años en marcha y faltaba mucho para que fuera engullida por Universal; de hecho ni tan siquiera había acabado de consolidar la estilizada imagen por la que la conocemos hoy en día. Los dos cedeses vienen presentados en una monstruosa jewel case doble, un auténtico armatoste que tardaría en caer en desuso. Kim Kashkashian era una jovencita de sólo 36 años y no había ninguna cuasitocaya famosa con la que confundirla.

Mientras esperáis a que se vaya todo al carajo, el Tío Penxo os anima a escuchar este prodigio; total, pa lo que hay que hacer. También podéis leer las extensas liner notes, si las tenéis a mano —lejos de exhibir las clásicas acrobacias argumentales de Hans-Klaus Jungheinrich o Herbert Glossner, que tanto parecen desconcertar a algunos críticos, contienen detallados análisis de cada pieza— o, alternativamente, una reseña en condiciones aquí.

Paul Hindemith | Sonatas for Viola/Piano and Viola Alone | Kim Kaskashian | Robert Levin | © ℗ 1988 ECM Records

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